LA HABANA Imagen de una modelo exhibiendo pinturas de Wilfredo Lam en sus camisetas en la galería de arte Wilfredo Lam, en donde se exhiben obras originales del pintor, en la localidad de Sagua la Grande en la provincia de Villa Clara, La Habana, Cuba. Wifredo Lam, un hijo de cubana y chino ha llegado a convertirse en el más universal de los pintores de la isla. En el número 334 de la calle Carmen Ribalta, en una humilde casa de madera y tejas, en 1902, Lam vio las primeras luces de la vida, apenas a unas cuadras del Parque Central de un pueblo que parece detenido en el tiempo y pugna ahora por convertirse en un nuevo destino de la pujante industria turística de la isla. Ubicada al norte de la central provincia de Villa Clara, a unos 360 kilómetros al este de La Habana, la pequeña localidad, donde viven unas 54,000 personas, quiere aprovechar la impronta del pintor (1902-1982). En una de las esquinas del Parque, un edificio pintado de amarillo y blanco, con unas hermosas rejas en las ventanas, acoge la Galería de Arte Wifredo Lam, donde se exhiben varias obras originales del pintor, cuyo cuadro más famoso es «La jungla». Hijo del chino Lam Yam y de la cubana Ana Serafina Castillo, el pintor vivió desde pequeño en carne propia el mestizaje de Cuba, una isla en cuya formación confluyeron múltiples y diversos ingredientes culturales.